El Deuteronomio, hoy quinto y último libro del Pentateuco, constituye, en una perspectiva literaria, una colección de discursos puestos en boca de Moisés en la Transjordania, antes de morir y delegar el liderazgo de la entrada en la tierra en manos de Josué. En una aproximación teológica, es un libro fundamental para comprender buena parte de la teología del Antiguo Testamento, porque sintetiza los elementos fundamentales de la fe israelita: ley, alianza, elección y pueblo. Su composición, larga y compleja, permitió a Israel dar forma a una reflexión de identidad que convirtió el texto en uno de los libros religiosos más populares durante el segundo templo, y en la clave para comprender la Escritura como pieza fundamental de la instrucción de Israel. Esta popularidad explica también que ejerciera una influencia notable en el Nuevo Testamento.