Partiendo del evangelio de Lucas, este artículo nos presenta la opción preferencial de Jesús por los pobres no sólo como un aspecto central de su ministerio público y de su predicación, sino como un aspecto revelador de su identidad como Hijo. A través de sus palabras y gestos hacia los más desfavorecidos, Jesús no sólo pasó «haciendo el bien» (Hch 10,38), sino que nos reveló el rostro de Dios y su predilección por los pobres siguiendo la dinámica ya presentada en el Antiguo Testamento. La misericordia de Dios revelada en el Antiguo Testamento y manifestada de un modo especial a los pobres y pecadores se prolonga y hace visible en la misericordia de Jesús, «Dios-con-nosotros».