Si hay un personaje bíblico cuya percepción ha variado en las últimas décadas, sin duda este es María Magdalena. Aunque el imaginario popular siga considerándola una prostituta convertida, el regreso a los textos bíblicos ha devuelto a esta mujer el papel relevante que juega en los inicios del cristianismo. Los textos que la mencionan explícitamente se enmarcan en tres escenarios: la cruz, el sepulcro y los relatos de resurrección. Este artículo pretende volver la mirada a estos pasajes evangélicos para perfilar los rasgos del rostro que en ellos se dibujan.