Pablo aduce la metáfora de la esclavitud en Flp 2,7 y 1Co 9,19 para caracterizar a Cristo y presentarse a sí mismo, en vista de influir en los criterios de juicio de sus destinatarios. El presente artículo estudia la semántica de estas dos esclavitudes voluntarias y analiza cómo funcionan en sus respectivas argumentaciones. La inventio de la metáfora de la esclavitud ―antítesis de poder― se convierte paradójicamente en un procedimiento retórico muy “poderoso”.