Este artículo propone una interpretación simbólica e irónica del episodio marcano de la higuera, que muestra su conexión significativa con la escena intercalada del templo, se toma en serio la explicación sugerida por el propio Jesús de lo ocurrido con el árbol y da pleno sentido al extraño comentario del narrador del v.13d: “pues no era tiempo de higos”. Recurre a metáforas tradicionales que utilizan la planta destruida por no dar el fruto esperado como símbolo de sujetos humanos condenados por su deficiencia moral.