La Iglesia naciente reconoció la verdad del evangelio en cuatro textos diversos (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) y no en ciertas posturas unificadoras que surgieron en el siglo II: la opción de Marción por un único evangelio, o el Diatésaron de Taciano (un evangelio «a través de cuatro»). El presente estudio analiza los factores que motivaron esta tendencia a la unificación de las tradiciones evangélicas, haciendo especial énfasis en el Diatésaron, y las críticas que condujeron a la erradicación de su lectura en la liturgia de las Iglesias. Concluiremos con una breve reflexión sobre las consecuencias teológicas que se desprenden de este discernimiento canónico: ¿cómo afecta a la revelación cristiana tener que leer el único evangelio de Cristo a partir de cuatro textos diferentes?